En un entorno comercial sumamente competitivo, surge la pregunta cómo captar y retener la lealtad del consumidor. En este desafío, cobra vital importancia el posicionamiento de marca, constituyendo una estrategia fundamental para aquellas empresas que aspiran a destacar entre sus competidores y cautivar a su cliente la mediante una experiencia excepcional. Pero ¿cómo se gestan realmente las estrategias de posicionamiento de marca?
El concepto de posicionamiento de marca abarca las acciones que emprende una empresa para destacarse entre sus competidores. En esencia, implica la creación de una imagen de marca que se alinee con la percepción de que el cliente objetivo tiene de la compañía, de modo que esta sea la primera opción que le venga a la mente al considerar un producto o servicio, influyendo así en su decisión de compra.
El posicionamiento de marca no se limita sólo a la identidad visual de la empresa, sino que abarca aspectos como la personalidad de marca, los valores corporativos, la filosofía empresarial, las políticas laborales y las relaciones con los proveedores. En resumen, engloba todos los elementos que configuran una propuesta de valor única para el público objetivo. Considerando un escenario donde la conciencia ambiental es primordial para el público.
En este contexto, establecer una conexión emocional con los clientes resulta fundamental para construir relaciones de confianza y lealtad. De hecho, según el trabajo de Hans-Georg Hänsel, el 85 % de las decisiones de compra son emocionales en lugar de racionales. Esto subraya la importancia de que el posicionamiento de marca se extienda a todos los aspectos de la experiencia del cliente, desde la calidad de los productos o servicios ofrecidos hasta la manera en que se interactúa con los clientes.
Es posible que un producto o marca goce de un alto reconocimiento sin que su posicionamiento esté debidamente establecido. Esta disyuntiva destaca la clara diferencia entre el reconocimiento de marca y el posicionamiento, también conocido como Brand Awareness.
El posicionamiento se revela como un concepto holístico, intrínsecamente vinculado al nivel de ventas, la participación de mercado, la frecuencia de utilización de productos o servicios, la evaluación positiva de los usuarios, así como la solidez y el liderazgo general en la industria.
En este panorama, se encuentra el reconocimiento de la marca, que evalúa cuánto la marca es conocida por los consumidores y cuánto conocimiento tienen sobre ella. Esto subraya que el Brand Awareness es simplemente una faceta del posicionamiento.
Así que, la lección es clara: no solo inviertas en dar a conocer tu marca, sino en posicionarla mediante metodologías y prácticas integrales. El éxito no solo radica en ser reconocido, sino en consolidar una posición distintiva que abarque todos los aspectos del mercado y construya una conexión sólida con los consumidores.
El posicionamiento de marca, alineado con el branding, se erige como un componente esencial para fortalecer la identidad corporativa y propiciar el crecimiento empresarial. En este entorno competitivo, la lucha por la mente del consumidor es tan crucial como la batalla en el mercado y la publicidad. Las marcas aspiran no solo a ser reconocidas, sino a ocupar un espacio distintivo en los pensamientos, generando emociones positivas al recordarlas.
Philip Kotler, referente del marketing, define el posicionamiento como el diseño de la oferta comercial para ocupar un lugar destacado en la mente de los consumidores. Esta estrategia abarca visibilidad, conexión con los usuarios y comprensión profunda del mercado. Para las empresas, el éxito en el posicionamiento se traduce en ventas continuas, reconocimiento, autoridad en el mercado y una imagen positiva.
Es crucial diferenciar entre el reconocimiento de marca y el posicionamiento. Un producto puede ser reconocido, pero carecer de un posicionamiento sólido, subrayando que el Brand Awareness es solo una faceta de este proceso integral. Invertir no solo en dar a conocer la marca, sino en posicionarla integralmente, comprendiendo las complejidades del mercado y las expectativas de los consumidores, es esencial para el éxito sostenible del negocio en la era digital.
El branding, una forma avanzada de marketing, va más allá de la simple divulgación de beneficios de productos, ya que se centra en la creación de experiencias memorables. Su complejidad radica en no buscarse entender de manera literal, sino en generar sensaciones asociadas a una identidad visual distintiva.
La importancia del branding se evidencia en su capacidad para otorgar una identidad clara a los productos, diferenciándolos de la competencia, funcionando como indicador de calidad y estableciendo conexiones emocionales al compartir valores con los consumidores. Es la omnipresencia que despierta el deseo, siendo un proceso continuo que requiere esfuerzo diario y la colaboración de especialistas para alcanzar su pleno potencial.
Para alcanzar una diferenciación de marca sólida y adaptarse con éxito a los desafíos empresariales, las empresas pueden seguir estas tres etapas clave de posicionamiento:
1. Investigación de mercado exhaustiva: comprender las necesidades y las preferencias de los consumidores es esencial para perfilar la imagen de marca deseada. Esto implica realizar una investigación de mercado exhaustiva que permita obtener información detallada sobre el comportamiento y las expectativas de los clientes.
2. Definición de propuesta de valor única: una vez analizadas las demandas y preferencias del público objetivo, se lleva a cabo un análisis interno para identificar los atributos de la marca que permitirán diferenciarse de la competencia. Es crucial establecer una propuesta de valor única que resuene con la audiencia y destaque los aspectos distintivos de la marca.
3. Comunicación coherente: transmitir de manera coherente y consistente los valores y la promesa de la marca en todos los puntos de contacto con los clientes es esencial. Desde la publicidad hasta la atención al cliente, la comunicación debe reflejar la identidad de la marca de manera unificada para fortalecer la percepción del consumidor.
Es importante destacar que el posicionamiento de marca no es un proceso estático. Para ser realmente efectivo, requiere una evaluación continua y ajustes según las dinámicas del mercado y las demandas de los consumidores. Las estrategias de posicionamiento deben estar en constante evolución para evitar que se vuelvan obsoletas y garantizar que la marca siga siendo relevante y atractiva en un entorno empresarial cambiante.
Tras completar las tres etapas fundamentales del posicionamiento de marca, es crucial seleccionar la estrategia más adecuada entre las siete disponibles para alcanzar los objetivos deseados. Estas estrategias ofrecen enfoques distintos para destacar en el mercado y establecer una posición diferenciada en la mente de los consumidores. Las siete estrategias de posicionamiento son:
• Posicionamiento basado en atributos: destacar las características únicas que hacen especial a un producto o servicio, comunicando y resaltando cualidades que proporcionen beneficios tangibles a los consumidores.
• Posicionamiento basado en el precio: centrarse en ofrecer precios más bajos en comparación con los competidores, atrayendo a consumidores que buscan opciones económicas y valoran la relación calidad-precio.
• Posicionamiento basado en el uso o aplicación: resaltar el uso específico del producto o servicio y cómo puede ayudar a los consumidores en situaciones particulares.
• Posicionamiento basado en el usuario: centrarse en un tipo específico de consumidor, posicionando la marca como la preferida por ese segmento de mercado al adaptarse a sus necesidades, valores y preferencias.
• Posicionamiento basado en la competencia: compararse con los competidores, destacando las ventajas y diferencias de la marca en relación con ellos, resaltando cómo la marca se posiciona de manera superior y ofrece una propuesta de valor única.
• Posicionamiento basado en la categoría: asociar la marca con una categoría o industria específica, presentándola como líder o experta en ese campo para ser reconocida en esa categoría particular.
• Posicionamiento basado en los valores y la personalidad: establecer una conexión emocional sólida con los consumidores, destacando los valores, visión y personalidad de la marca. En este caso, se crea una identidad y una imagen de marca alineada con los valores y creencias de los consumidores, generando lealtad basada en la identificación con esos ideales.
En resumen, mediante una investigación de mercado y publicitaria exhaustiva, la definición de una propuesta de valor única, una comunicación coherente y la elección de estrategias de posicionamiento apropiadas, las empresas pueden lograr un posicionamiento de marca exitoso. Al combinar esto con una estrategia sólida de experiencia del cliente, se pueden garantizar resultados destacados y convertirse en el líder del sector. ¿Estás listo para ser el referente de tu industria?