La temporada de verano es una época de diversión y relajación. Sin embargo, también es un momento en el que aumentan ciertas enfermedades relacionadas con las altas temperaturas y las condiciones climáticas propias de esta estación. En este artículo, exploraremos las enfermedades más comunes en México durante el verano, así como las medidas de prevención y cuidados necesarios para mantenernos saludables y disfrutar de esta temporada al máximo.
Uno de los principales riesgos durante el verano en México es el golpe de calor. Con temperaturas extremas y alta humedad, el cuerpo puede tener dificultades para regular su temperatura interna, lo que puede llevar a un golpe de calor. Los síntomas incluyen mareos, confusión, fatiga, dolor de cabeza y náuseas.
El golpe de calor ocurre cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente su temperatura interna, lo que resulta en un aumento peligroso de la temperatura corporal. Esto puede tener consecuencias graves e incluso poner en riesgo la vida de una persona si no se trata adecuadamente.
Además de los síntomas mencionados anteriormente, como mareos, confusión, fatiga, dolor de cabeza y náuseas, el golpe de calor puede llevar a la deshidratación severa, calambres musculares, convulsiones y pérdida del conocimiento. Es especialmente peligroso para los niños pequeños, los adultos mayores y aquellas personas con condiciones médicas preexistentes.
La prevención del golpe de calor comienza con la hidratación adecuada. Es esencial beber suficiente agua durante todo el día, incluso si no se tiene sed. Además, se deben evitar las bebidas alcohólicas y la cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación. Es recomendable buscar lugares frescos y sombreados, especialmente en las horas más calurosas del día, y usar ropa ligera y transpirable. También se deben evitar las actividades físicas extenuantes en condiciones de calor extremo y si se debe hacer deporte hay que hidratarse de forma correcta. Además, es recomendable comer alimentos que hidraten.
Si se sospecha de un golpe de calor, es fundamental actuar de inmediato. La persona afectada debe ser llevada a un lugar fresco y seco, se le debe quitar la ropa extra y se le debe proporcionar agua fresca o aplicar compresas frías en el cuerpo. Es importante buscar atención médica de emergencia lo antes posible.
Otra problemática común durante el verano en México son las enfermedades gastrointestinales, como la diarrea y la gastroenteritis. Las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias en los alimentos, especialmente si no se almacenan ni manipulan adecuadamente.
La diarrea es una afección caracterizada por evacuaciones intestinales frecuentes y líquidas. Se puede transmitir a través de alimentos o agua contaminados con bacterias, virus o parásitos. Para prevenir la diarrea, es fundamental lavarse las manos frecuentemente, especialmente antes de comer o manipular alimentos, y después de ir al baño. Además, es importante consumir alimentos bien cocidos y evitar los alimentos crudos o en mal estado. Beber agua embotellada y evitar el hielo de procedencia desconocida también son medidas esenciales.
La gastroenteritis, por otro lado, se caracteriza por la inflamación del estómago y los intestinos, generalmente causada por una infección viral o bacteriana. Para prevenir la gastroenteritis, además de las medidas mencionadas anteriormente, es importante mantener una buena higiene en la cocina y evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.
En ambos casos, si se desarrolla diarrea persistente o grave, es importante buscar atención médica para recibir el tratamiento adecuado y prevenir la deshidratación.
Aunque asociamos más las enfermedades respiratorias con el invierno, durante el verano también podemos estar expuestos a ciertas infecciones respiratorias, como la gripe, las alergias, el resfriado común, la neumonía.
Una de las principales causas de estas infecciones es el uso excesivo de aires acondicionados, que pueden resecar las mucosas y debilitar el sistema inmunológico. Para prevenirlas, es recomendable mantener una buena higiene de manos, evitar el contacto cercano con personas enfermas y evitar cambios bruscos de temperatura. Además, es importante ventilar adecuadamente los espacios y mantener una hidratación adecuada para mantener las mucosas húmedas.
Durante el verano, también es común que aumenten las picaduras de insectos, como mosquitos, garrapatas y arañas. Estas picaduras pueden causar reacciones alérgicas, infecciones y transmitir enfermedades como el dengue, el chikungunya y el zika.
Las picaduras de mosquitos pueden causar irritación, comezón y, en algunos casos, transmitir enfermedades graves como el dengue, el chikungunya y el zika. Para prevenir las picaduras de mosquitos, se recomienda utilizar repelentes de insectos que contengan DEET u otros ingredientes aprobados. Además, es importante usar ropa protectora, como pantalones largos y mangas largas, especialmente en áreas donde los mosquitos son más frecuentes. También es aconsejable dormir con mosquiteros o usar aparatos repelentes de mosquitos en el hogar.
Las garrapatas son otro problema común durante el verano. Estos parásitos pueden transmitir enfermedades como la enfermedad de Lyme. Para prevenir las picaduras de garrapatas, se recomienda evitar áreas con pastizales altos y bosques densos, usar ropa protectora de color claro y revisar minuciosamente el cuerpo después de pasar tiempo al aire libre. Si se encuentra una garrapata, se debe extraer con cuidado y consultar a un médico si se desarrollan síntomas de enfermedad.
Para prevenir las picaduras de insectos, es importante utilizar repelentes y ropa protectora, como pantalones largos y mangas largas. Además, es recomendable evitar áreas con altas concentraciones de insectos, especialmente al amanecer y al anochecer. En el caso de las garrapatas, es fundamental revisar el cuerpo y el cabello después de pasar tiempo al aire libre.
Como ya comentamos en nuestro artículo “23 de mayo: día mundial del melanoma”, la insolación es otro riesgo en la temporada de verano. La exposición prolongada al sol sin protección puede llevar a una quemadura solar grave, que se caracteriza por enrojecimiento, ampollas y dolor en la piel.
Para evitar la insolación, es necesario utilizar protector solar con un factor de protección adecuado (FPS), preferiblemente superior a 30, y aplicarlo generosamente en todas las áreas expuestas de la piel. También es importante usar sombreros de ala ancha y gafas de sol para proteger el rostro y los ojos. Evitar la exposición directa al sol en las horas más intensas y buscar sombra siempre que sea posible también son medidas esenciales.
Durante la temporada de verano en México, es fundamental estar conscientes de las enfermedades más comunes y tomar las medidas necesarias para prevenirlas. Mantenerse hidratado, evitar la exposición excesiva al sol, tener una buena higiene personal y cuidar la manipulación de alimentos son acciones clave para disfrutar de esta época del año sin contratiempos de salud.
Recuerda que, ante cualquier síntoma de enfermedad, es importante buscar atención médica adecuada y no automedicarse. Mantenernos informados y adoptar hábitos saludables nos permitirá disfrutar del verano de manera segura y sin interrupciones innecesarias.
¡A por el verano!