En este mundo volátil, cambiante e incierto, nuestras estrategias publicitarias necesitan ser revisadas constantemente para cambiar al ritmo con el que cambia la industria.
Hace 20 años, la publicidad de la industria farmacéutica se basaba en confianza y conveniencia. Hace 10 años, en precio y accesibilidad. Hoy, la innovación y la personalización cada vez toman mayor peso. A continuación la explicación sobre las diferentes características de la publicidad de la industria farmacéutica en los años recientes:
Hace un par de décadas, cuando vivíamos en un mundo que apenas comenzaba a arañar el potencial del internet, las empresas necesitaban enfocar sus mensajes en lo que le importaba a la gente: llevar los productos cerca de ellos, que fuesen de fácil consumo y que creyeran que lo que consumían era seguro, es decir, les generara confianza.
La crisis financiera global de 2009 significó un cambio de mentalidad generalizado al ponerse de manifiesto las profundas desigualdades que podían llegar a manifestarse en una sociedad. En medio de ese torbellino social, surgieron escándalos de empresas que especulaban o abusaban del sistema para generar ganancias. Naturalmente, la publicidad en “farma” giró para que las empresas pudieran mostrar su cultura de precios y accesibilidad, en medio de un escrutinio severo de las audiencias y un aumento de las demandas poniendo el foco en el paciente. Eso marcó una época y todavía se sienten sus efectos.
Mientas todavía estamos en la etapa final de la época de precio y accesibilidad, el año pasado aceleró lo que parece el futuro para la industria: una transformación tecnológica sin precedentes y una personalización de los productos. Mucho de ello ya está en marcha, pero en los próximos años la imagen de las empresas farmacéuticas se va a parecer más a la de las tecnológicas, poniendo no solo foco en los pacientes sino en “el” o “la” paciente. Productos y servicios adaptados al individuo, no para las masas.