Las redes sociales han sido una ventana para oportunidades de negocio, expansión de imagen y un nicho para los trabajos creativos. Lo que empezó como unas páginas o aplicaciones básicas como Messenger, MySpace o Facebook, para ser vistas de forma esporádica ya son parte de nuestro día a día, pero como todo tiene sus pro y sus contras, es por eso que en esta ocasión queremos resaltar estos argumentos:
Entre los aspectos negativos podemos resaltar:
No todo lo que brilla es oro. Lo que se muestra en las redes no refleja la realidad, son highlights, las mejores jugadas, no es un todo. Pero aun así ver la vida “perfecta” de otros puede afectar nuestra forma de ver las cosas debido a que las comparamos con la nuestra y puede generar problemas como depresión o ansiedad.
Está comprobado que el uso excesivo de las redes produce adicción a ellas. El FOMO (Fear Of Missing Out), las endorfinas producidas por los “Me gusta” hacen que estemos cada vez más pendientes a cualquier notificación.
A pesar de lo anterior, no todo es malo. El universo de las redes también tiene su lado bueno:
La amplitud del Internet permite que encontremos a gente con gustos parecidos, pueden ser amantes del surf, de las películas de acción de los ochenta o fanáticos de los Chuck Taylor de color blanco, todos pueden encontrar su espacio.
Así como encontramos grupos, también encontramos espacios para expresarnos a plenitud a través de fotografías, videos o posts, lo que también permite forjar identidad propia.