A pesar de toda la discusión y debate por el futuro, la anticipación y la preparación, la realidad es que los cambios llegan a tal velocidad que apenas nos da tiempo de pensar y prepararnos para ellos.
Hoy en día, las adaptaciones ocurren casi en tiempo real. Sin embargo, la necesidad por intentar predecir lo que ocurrirá en cinco o diez años es cada vez mayor. Mientras navegamos 2021, hoy queremos explorar lo que probablemente condicionará a las empresas en 2030:
Si hoy nos parece que el proceso de demanda y servicio es rápido, en 2030 será mucho mayor. Los avances de hoy crearán consumidores más demandantes mañana y las empresas tendrán que ofrecer resultados más eficientes e inmediatos.
Ya viene sucediendo y se va a intensificar. La atención de las personas se capta más fácil mediante experiencias. Con la llegada de la realidad virtual y la inteligencia artificial, la interacción tendrá niveles mucho más complejos y profundos.
La hipersegmentación se va haciendo más específica. Cada usuario demanda un artículo que encaje con su perfil, pero solo el suyo. En 2030, habrá tantas variaciones de un mismo producto como clientes.
La cultura mosaico es una realidad. La gente quiere estar enterada de muchas cosas, pero apenas tiene tiempo de profundizar. En un entorno de infoxicación, las empresas van a tener que desarrollar piezas que comuniquen más en menos tiempo y espacio.
Ya hoy es global el hecho de practicar “minería de datos” para entender mejor el mercado. A medida que más personas se integran a las redes y comparten más información, cultivar data es lo que separa a las empresas que le preguntan a los clientes qué quieren y aquellas que predicen qué van a querer antes de que lo sepan.
Aunque los debates sigan y se mantengan, la realidad es que todos vamos a transformar nuestra vida para que se desarrolle en armonía con un ecosistema que pide ayuda a gritos. Las empresas que no estén incorporando planes de economía circular o un programa de sostenibilidad ya van tarde: va a ser un requisito en pocos años.