Durante décadas, hablar de salud mental en México fue sinónimo de silencio. El estigma, la desinformación y la escasa cobertura institucional convirtieron a los trastornos psicológicos en una “epidemia silenciosa”. Sin embargo, en los últimos años hemos presenciado un cambio radical: la salud mental ha pasado del tabú al trending topic. Las campañas publicitarias han jugado un rol crucial en este giro social, ayudando a visibilizar, sensibilizar y movilizar a la opinión pública.
Ya no se trata únicamente de colocar mensajes positivos en fechas especiales. Hoy hablamos de movimientos sólidos, estratégicos, con identidad propia, que conectan emocionalmente con millones de personas. Desde redes sociales hasta vallas publicitarias, pasando por podcasts y contenido audiovisual, la salud mental se ha convertido en un eje narrativo transversal. Este artículo explora cómo la comunicación efectiva, ética y creativa está cambiando la percepción colectiva sobre el bienestar emocional.
No todas las campañas de salud mental trascienden. Aquellas que logran generar un impacto sostenido suelen tener en común los siguientes elementos:
1. Narrativa emocional y centrada en el usuario
Las campañas exitosas no hablan “sobre” las personas; hablan “con” ellas. Usan testimonios reales, lenguaje inclusivo, tono empático y visuales que reflejan diversidad. El objetivo no es educar desde la autoridad, sino conectar desde la vulnerabilidad.
2. Uso estratégico de plataformas digitales
Instagram, TikTok, YouTube y Spotify se han convertido en aliados clave. No solo permiten segmentar audiencias, sino también generar contenido interactivo, viral y fácil de compartir. Las campañas más potentes son aquellas que se piensan desde el medio: reels, lives, playlists, encuestas, etc.
3. Alianzas entre sector público, privado y sociedad civil
Las campañas con mayor alcance y legitimidad suelen surgir de colaboraciones entre ONGs, instituciones de salud y marcas comprometidas. Estas alianzas permiten sumar recursos, credibilidad y plataformas de difusión sin perder el enfoque clínico.
“Está bien no estar bien” – IMSS
Una de las campañas institucionales más destacadas en los últimos años. Impulsada por el Instituto Mexicano del Seguro Social, esta iniciativa usó testimonios de trabajadores de la salud para hablar sobre el agotamiento emocional durante la pandemia. Los spots en televisión y redes sociales incluían frases como: “No soy débil por pedir ayuda” o “Llorar también es cuidarse”.
“Cuéntame” – Plataforma digital de salud mental
Cuéntame es una startup mexicana que ofrece acompañamiento psicológico a empresas y colaboradores. Su estrategia de comunicación se basa en contenido educativo visualmente atractivo, frases poderosas como “Cuidarte también es trabajar” y campañas específicas durante fechas clave como el Día Mundial de la Salud Mental. También han lanzado guías gratuitas para identificar signos de burnout, depresión o ansiedad laboral.
“Desansiedad” – Comunidad digital de autocuidado
Nacida como un blog personal, Desansiedad se ha convertido en una de las plataformas más influyentes sobre salud mental en habla hispana. Su enfoque es holístico y humanizado. Ofrecen meditaciones, podcasts, cursos, y una comunidad activa en Instagram y YouTube. La narrativa: no estás roto, estás aprendiendo a cuidarte.
El auge de los influencers en salud mental ha sido clave para democratizar la conversación. Psicólogos, psiquiatras y coaches emocionales han encontrado en TikTok, Instagram y YouTube espacios para educar, motivar y acompañar. Sin embargo, esta tendencia también plantea desafíos:
• Falta de regulación: no todos los creadores tienen formación profesional.
• Contenido simplificado: el formato breve puede trivializar trastornos complejos.
• Saturación de mensajes contradictorios.
Por ello, muchas campañas buscan aliarse con voces autorizadas, como terapeutas certificados y combinar contenido emocional con sustento clínico.
En un contexto donde la salud emocional es prioridad, muchas marcas han entendido que el silencio ya no es opción. Pero comunicar sobre salud mental no debe hacerse desde el oportunismo. Requiere sensibilidad, coherencia y compromiso a largo plazo.
Empresas como Spotify, Nike, Bacardí, Farmacias San Pablo o Google han lanzado campañas en México enfocadas en bienestar emocional, a veces vinculadas a sus productos, otras como parte de su responsabilidad social.
Algunos principios para que una marca se involucre con legitimidad:
1. Evitar el “washing emocional" (simular apoyo solo por imagen).
2. Apoyar con acciones reales: licencias por salud mental, programas internos, acceso a terapia.
3. Incluir a su audiencia en el proceso: encuestas, storytelling colaborativo.
4. Ser consistentes: no hablar de salud mental hoy y promover estrés productivo mañana.
Diversos organismos están promoviendo campañas dirigidas a niñas, niños y adolescentes con el objetivo de construir una base emocional más sólida. Estas campañas suelen incluir:
• Talleres en escuelas sobre emociones, estrés y bullying.
• Series animadas y cuentos ilustrados.
• Dinámicas familiares y guías para padres.
Ejemplo de ello es el programa “Mente en Equilibrio” de la Secretaría de Educación Pública en alianza con organizaciones como Save the Children, que ha llegado a miles de estudiantes en todo el país.
• Publicidad en espacios inesperados: como baños públicos, paradas de autobús o envases de productos cotidianos con frases de autocuidado.
• Colaboraciones con artistas: canciones, murales, ilustraciones que exploran temas como ansiedad, duelo o resiliencia.
• Campañas sin rostro: que utilizan animación o avatares para facilitar la identificación y reducir el estigma.
• Gamificación: apps que premian rutinas de autocuidado o retos de bienestar colectivo.
Estas tácticas no solo hacen la campaña más memorable, sino que convierten el mensaje en una experiencia vivencial.
El éxito de una campaña de salud mental no puede medirse solo en visualizaciones. Debe evaluarse su impacto emocional, educativo y conductual. Algunas métricas clave:
• Tráfico a plataformas de ayuda psicológica.
• Solicitudes de orientación médica.
• Participación en talleres, webinars o grupos de apoyo.
• Cambios de actitud medidos en encuestas pre y post campaña.
• Testimonios espontáneos en redes sociales.
Cada clic puede ser el primer paso hacia la sanación de alguien.
Los movimientos pro-salud mental en México están dejando huella. No sólo porque cambian narrativas, sino porque salvan vidas. Una campaña bien diseñada puede ser el puente entre el sufrimiento silencioso y la búsqueda de ayuda. Puede ser la voz que alguien necesita escuchar para no rendirse. Con 35 años de especialidad en salud, colección de campañas exitosas y un know how único APC es tu mejor opción esas campañas que realmente pueden marcar la diferencia.
Las marcas, instituciones y creadores tienen hoy la oportunidad e incluso la responsabilidad de sumarse a este movimiento desde el respeto, la empatía y el profesionalismo. Porque cuidar la salud mental no es una moda. Es una prioridad colectiva y comunicar con conciencia puede ser un acto de sanación social. Da el primer paso, contáctanos y juntos sumemonos a este importante movimiento.