Las estrategias de marketing tienen un objetivo claro. Sin embargo, el proceso detrás de la creación de una campaña que pone un producto o servicio frente a las personas adecuadas es un poco más complejo. Gracias a la influencia de Internet y la afluencia en constante evolución de aplicaciones y plataformas de redes sociales, la conexión con el público objetivo es mucho más compleja que a principios del siglo XXI.
El mundo clásico del marketing ha quedado obsoleto y ya no se basa solo en el producto, la distribución, el precio y la promoción. Es decir, ya no solo las empresas deben trabajabar para investigar y producir un producto o servicio y luego construir una estrategia de comunicación adaptada al mercado de referencia, sino que hoy en día hay muchos más aspectos a tomar en cuenta.
El objetivo del marketing clásico era el beneficio inmediato a través de la venta del producto o servicio ofrecido. Sin embargo, a diferencia del marketing moderno, era (¡y sigue siendo!) caro, particularmente en términos de producción y luego de compra de medios.
Además, puede ser difícil de medir en comparación con el marketing digital y, aunque existen servicios para estimar la audiencia televisiva y las vallas publicitarias, estas siguen siendo estimaciones.
Además, el marketing tradicional puede tardar más en ejecutarse en comparación con las campañas de marketing digital refinadas, ya que se necesitan rondas de ediciones y una vez que se termina el anuncio, no se puede volver atrás para cambiar los colores, las fuentes, etc. Por el contrario, el mercadeo actual al que le atribuyen la palabra “digital” ofrece mucha libertad y flexibilidad cuando se trata de probar y editar. Además, los beneficios no son solo inmediatos, sino que también tienen consecuencias a mediano y largo plazo.
Finalmente, el marketing tradicional no puede dirigirse a audiencias únicas en el nivel profundo al que puede hacerlo el marketing digital. Miles de millones de personas en todo el mundo usan Internet a diario y el marketing digital puede hacer uso de la orientación y segmentación digital.
Además, la implementación de plataformas de redes sociales ha cambiado la forma en que operan las empresas, ya que estas plataformas se han convertido cada vez más en canales para negocios, marcas y publicidad.
Como se observa, el papel de los consumidores está cambiando: los consumidores se han convertido en actores activos en el proceso de toma de decisiones y la elección de productos.
A nivel de ventas se ha dado un giro fundamental: de la compra del producto hemos pasado a ofrecer experiencias. Las marcas ya no ofrecen simplemente sus productos o servicios, sino una experiencia. Las empresas de hoy deben por tanto posicionarse como marcas con valores, filosofía y personalidad.
El marketing basado en valores requiere que las marcas se definan claramente a sí mismas, tomen una posición sobre los problemas, se comuniquen y actúen como personas. A través de las redes sociales, las marcas crean conexiones y diálogos comunicándose constantemente con las personas. También deben responsabilizar a las personas por sus decisiones, sus ideas y su visión del mundo, la sociedad y la forma en que contribuyen activamente a ella.
El mundo contemporáneo del marketing es para las personas, sus pensamientos y sus sistemas de valores. Ya no basta con estar presente en la web y en las redes sociales, que siguen siendo herramientas de marketing.
La comunicación debe tener lugar a un nivel más profundo: un nivel de relaciones y confianza. Los consumidores deben sentir que forman parte de un grupo que corresponde a su sistema de valores y su sentido de la vida.
Es esencial que las empresas aprendan cosas nuevas y dediquen nuevos recursos a explorar las últimas estrategias y tecnologías, especialmente porque la tecnología continúa evolucionando a un ritmo acelerado.
Sin embargo, tenga en cuenta que cada negocio tendrá plataformas y métodos específicos que funcionen mejor para ellos: no necesita estar en todas las aplicaciones de redes sociales y no necesita usar todas las plataformas digitales disponibles para ser un éxito. Esfuércese por lograr el equilibrio de marketing adecuado para su negocio y marca específicos, teniendo en cuenta sus índices de éxito anteriores, su público objetivo, su presupuesto y sus objetivos generales de marketing.