Mientras todos, incluyéndonos, trabajamos y analizamos a toda velocidad los cambios inmediatos que afectan a las empresas, es importante no perder de vista lo que nos depara el mediano y corto plazo.
En anteriores entradas del blog comentábamos que las empresas deberían prepararse para analizar la inercia de las adaptaciones recientes porque algo es seguro: la pandemia va a pasar. La normalidad va a regresar y los negocios van a tener que descartar algunos cambios coyunturales y aprender a convivir con otros que llegaron para quedarse.
Sin embargo, nuestro foco de hoy son los cambios sistémicos. Aquellas alteraciones profundas y tendencias de fondo que, sin darnos cuenta, son las corrientes que definitivamente definen el tablero de juego. No son fáciles y normalmente solo se comprueban en retrospectiva, pero en APC nos gustaría discutir brevemente algunos de ellos.
En una década, estaremos viendo las consecuencias de políticas públicas implementadas o promovidas por líderes elegidos en el próximo lustro. Y estos líderes se van a elegir tras el shock de la pandemia.
Esta ola de cambios condicionará la manera de hacer negocios de manera transversal y estos son algunos de los que podemos esperar con cierta certeza:
Seguridad vs. eficiencia
La carrera por la eficiencia en los últimos años había creado un ecosistema de negocios en el que las cadenas de suministro se encargaban de llevar los insumos justo a tiempo, con el menor tiempo de almacenamiento posible. El foco ahora probablemente cambiará a la seguridad de los insumos: cercanía y garantía de las entregas, más allá de cualquier crisis local, regional o global.
Proteccionismo 2.0
Al mismo tiempo, los líderes que defienden el proteccionismo tienen el terreno preparado psicológicamente por los próximos años: las personas van a estar de acuerdo que es mejor tener más producción dentro de nuestras fronteras, especialmente si esa propuesta se ata al hecho de que menos empleos serán vulnerables a una próxima crisis.
Bienes raíces
Aunque es cierto que muchas empresas volverán a sus entornos de trabajo, muchos negocios considerarán la renta o compra de espacio como un lujo más que una necesidad. Por lo tanto, algunas ciudades vivirán una re-transformación de sus distritos financieros o comerciales, con menos oficinas. Además, millones de personas que viven conjuntamente darán una mayor importancia al hecho de contar con un espacio propio, por lo que quizás la demanda de oficinas será reemplazada por demanda de vivienda personal.