En medio de la semana de la inmunización, debemos recordar que las vacunas son una de las herramientas más importantes y eficaces que tenemos en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Desde la introducción de la primera vacuna contra la viruela en el siglo XVIII, las vacunas han salvado millones de vidas y han erradicado o controlado enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la varicela. En esta entrada, exploraremos en detalle qué son las vacunas, cómo funcionan, sus beneficios y posibles efectos secundarios, y los mitos comunes que rodean a las vacunas.
¿De dónde vienen las vacunas?
La historia de las vacunas se remonta a la antigua China, donde se cree que los médicos utilizaban la variolación, una forma temprana de inmunización contra la viruela. La variolación implicaba la aplicación de pus o costras de una persona infectada con viruela a la piel de una persona sana para inducir una infección leve y una posterior inmunidad.
En el siglo XVIII, el médico británico Edward Jenner realizó experimentos que demostraron que la inoculación con una versión más suave de la viruela bovina podía proteger a las personas contra la viruela humana. Jenner llamó a su nueva técnica de inmunización "vacuna", en referencia a la palabra latina para vaca, vacca.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los científicos descubrieron vacunas para una serie de enfermedades infecciosas, incluyendo la difteria, la tos ferina, el tétanos, la polio y la tuberculosis. En algunos casos, las vacunas se desarrollaron a partir de las propias bacterias o virus que causaban la enfermedad, mientras que en otros casos, se utilizaron versiones debilitadas o inactivas de los patógenos.
¿Qué son las vacunas?
Las vacunas son preparaciones biológicas que estimulan el sistema inmunológico del cuerpo para que produzca una respuesta inmunitaria contra un agente infeccioso específico, como un virus o una bacteria. Las vacunas se basan en el principio de que el sistema inmunológico tiene memoria y puede recordar cómo combatir un patógeno después de haberlo enfrentado anteriormente.
Las vacunas contienen versiones inactivas o debilitadas del patógeno, o fragmentos de su proteína, que no causan enfermedad pero que son reconocidos por el sistema inmunológico como extraños. La respuesta inmune que se produce después de la vacunación incluye la producción de anticuerpos, células inmunitarias y memoria inmunológica, que preparan al cuerpo para combatir la infección real si se produce en el futuro.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Cuando se administra una vacuna, el sistema inmunológico reconoce los componentes extraños de la vacuna como una amenaza y comienza a producir una respuesta inmune. La respuesta inmunitaria incluye la producción de anticuerpos específicos que reconocen y se unen al patógeno, y la activación de células inmunitarias que atacan y destruyen el patógeno.
Después de la vacunación, el sistema inmunológico retiene una memoria de cómo combatir el patógeno en el futuro. Si el cuerpo se encuentra con el patógeno real más adelante, el sistema inmunológico puede recordar cómo combatirlo y desplegar una respuesta inmunitaria más rápida y efectiva para prevenir la enfermedad.
¿Qué beneficios tienen las vacunas?
Las vacunas ofrecen muchos beneficios, tanto individuales como colectivos. A nivel individual, las vacunas pueden prevenir enfermedades graves y potencialmente mortales. En algunos casos, como la vacuna contra el papilomavirus humano (VPH) y la vacuna contra la hepatitis B, también pueden prevenir el desarrollo de un cáncer.
A nivel colectivo, las vacunas son fundamentales para la salud pública porque ayudan a prevenir brotes y epidemias de enfermedades infecciosas. Cuando suficientes personas están vacunadas contra una enfermedad, se produce inmunidad de grupo o colectiva, lo que significa que incluso las personas no vacunadas tienen cierta protección contra la enfermedad porque es menos probable que entren en contacto con personas infectadas. Esto es particularmente importante para las personas que no pueden recibir ciertas vacunas debido a alergias, afecciones médicas u otras razones.
No es nada nuevo que las vacunas pueden generar y despertar miedos y dudas en algunos ciudadanos. Un miedo que junto con la desinformación puede resultar muy peligroso.
¿Dónde debemos consultar si tenemos alguna duda acerca de una vacuna, su composición o efectos secundarios?
Hay muchas fuentes confiables de información sobre las vacunas. A continuación, se presentan algunas opciones donde puedes obtener información precisa y actualizada:
1. La Organización Mundial de la Salud (OMS): la OMS es una de las principales organizaciones de salud mundial y proporciona información detallada sobre las vacunas, incluyendo su seguridad, eficacia y uso. El sitio web de la OMS también incluye información sobre las campañas de vacunación a nivel mundial y los programas de inmunización.
2. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC): los CDC son una agencia del gobierno de EE. UU. que proporciona información sobre enfermedades infecciosas y su prevención, incluyendo información sobre las vacunas. El sitio web de los CDC incluye información sobre la seguridad de las vacunas, los efectos secundarios, los horarios de vacunación y las recomendaciones para diferentes grupos de edad.
3. La Sociedad Internacional de Vacunas (IVS): la IVS es una organización sin fines de lucro que se dedica a mejorar la salud mundial a través de la promoción y el uso de las vacunas. El sitio web de la IVS incluye información sobre la seguridad de las vacunas, los beneficios, los mitos comunes y los desafíos en la implementación de programas de vacunación.
4. Tu médico o profesional de la salud: los médicos y los profesionales de la salud son una excelente fuente de información sobre las vacunas. Pueden proporcionar información específica sobre las vacunas recomendadas para ti y tu familia, así como responder a cualquier pregunta o inquietud que tengas sobre las vacunas.
Mitos relacionados con el uso de vacunas
Desde hace mucho tiempo existen múltiples mitos relacionados sobre las vacunas, sin embargo, en épocas recientes y con el fenómeno de las fake news, se ha incrementado la desconfianza hacia las vacunas. Además, a raíz de la aparición del Covid-19 donde muchas personas fueron parte del proceso de inmunización que se realizó con vacunas, se ha incrementado de detractores contra las vacunas.
Muchas cosas se han dicho sobre las vacunas, qué causan autismo, que contienen mercurio, que pueden causar otras enfermedades, que hoy en día no son necesarias, que dañan el sistema inmunológico y un largo etcétera, en cualquier caso, hasta la fecha, la evidencia empírica científica no ha sido capaz de demostrar que las vacunas tienen perjuicios para las personas y por el contrario diversos estudios han sido capaces de demostrar beneficios individuales y colectivos para las personas y la sociedad cuando han sido participes de procesos de vacunación.
En cada quien está la posibilidad de creer o no y más aún de decidir si utilizar o no vacunas, sin embargo, la evidencia científica y la opinión médica respaldan los usos de las vacunas y reconocen los beneficios que las mismas traen consigo a nivel individual para las personas y a nivel global para la sociedad en general. En cualquier caso, es importante recordar que la información sobre las vacunas puede variar según el país y las políticas de salud locales y que en caso de cualquier pregunta o inquietud sobre las vacunas, es importante buscar información de fuentes confiables y hablar con expertos médicos o profesionales de la salud.