Ahora que pasó uno de los hitos de la publicidad y el mercadeo de cada año, el famoso Superbowl de la NFL, queremos hacer un repaso de lo que esta edición tan atípica nos deja y reflexionar sobre lo que podría implicar para el futuro.
Primero que todo, hay que hablar del gran vacío que se notó desde el principio. Grandes marcas que solían ser fijas optaron por reducir o eliminar su posicionamiento durante el juego de este año. Las razones varían, pero el argumento principal se basa en la solidaridad de desviar esa inversión para otras causas que ayuden a terminar de controlar la crisis global que afecta a millones de personas.
Dicho esto, estas son algunas de las tendencias clave que se materializaron el domingo:
Casi 20 empresas debutaron con anuncios por primera vez en el Superbowl; cerca del doble que el año pasado. La volatilidad general de los negocios en los últimos meses le abrió las puertas a pequeñas o medianas empresas que tienen mayor flexibilidad para innovar y conquistar rápidamente los nuevos paradigmas de cada sector.
Un tema que lleva años creciendo, pareciera que está cerca de tocar su pico de popularidad. La inclusión y diversidad dejó de ser un valor adicional para pasar a ser un requisito en la narrativa de las organizaciones. Hoy, todas las minorías tienen canales y grupos de representación fuertes que han hecho de la inclusión un condicionante publicitario.
Así como hemos hablado de que en tiempos de crisis la gente suele buscar respuestas en sus lugares conocidos, muchas veces esos lugares conocidos suelen estar en el pasado. Y buscar respuestas en el pasado deriva en nostalgia. Las marcas que logran conectar con ecos del pasado de determinadas audiencias logran una conexión profunda y sólida, difícilmente replicable por otras vías.