Uno de los grandes retos de las plataformas como Facebook o Twitter en la década anterior fue encontrar fórmulas para monetizar su popularidad. Tenían una gran cantidad de datos y usuarios, pero la rentabilidad no alcanzaba los niveles esperados.
Sin embargo, el debate se quedaba allí. Su reto era encontrar maneras de monetizar la plataforma para generar dinero a la propia empresa, no a sus usuarios. Al final, mediante la publicidad y el valor exponencial de los datos encontraron soluciones. Sólamente YouTube, quizás, logró establecer un sistema propio para que los creadores monetizaran su contenido.
Ahora, el debate es otro. Con el surgir de nuevas plataformas y redes sociales que premian mejor a los generadores de contenido, todas las plataformas están comenzando a implementar sistemas para que aquellos que lo hagan se vean más beneficiados.
Clubhouse fue la última en anunciar un nuevo mecanismo para que cualquier usuario pueda mandar dinero a otro que sea creador de contenido. Así, sigue la estela de los Super Follows en Twitter, o incluso plataformas como Patreon y Onlyfans que trabajan con mecanismos de suscripción.
Hoy por hoy, la clave para monetizar tus redes es generar contenido de manera sistemática. Te tienes que convertir en un activo para la propia plataforma. Sin embargo, puede que en el futuro no sea la única manera.
La cantidad de tiempo que la gente invierte en redes sociales crea naturalmente más ecosistemas para que resuelvan problemas del día a día en ellas mismas. Así es como funciona nuestro sistema.
En ese contexto, las marcas y organizaciones necesitan pensar cuál será el marketplace de las redes sociales del mañana. Cómo y de qué manera se utilizarán las redes sociales para circular dinero. Esa es la pregunta para emprendedores e innovadores.