En el mundo de los negocios se ha puesto de moda hablar del talento. Ante una efervescencia de empresas que ponen foco en sus fuerzas internas, en un entorno cada vez más exigente y más competitivo, se ha desarrollado mucho contenido sobre la importancia del talento.
El talento es la habilidad de resolver problemas. Entonces, cuando nos referimos al talento como un sujeto, nos referimos a las personas que resuelven los problemas de las empresas. El talento puede ser innato, pero se desarrolla cuando una persona entiende las necesidades, la visión y las herramientas que pone a su disposición una empresa.
Con la evolución de la marca empresarial y el activismo de marca, entender el proyecto se ha vuelto, entonces, un eje fundamental en el desarrollo del talento; tanto para que el empleado se quede en la empresa y “compre” el proyecto, como para que en su ejecución entienda lo que quiere la empresa.
Para captar y desarrollar el talento no hay un secreto, simplemente mientras mejor sea la empresa de manera integral, más personas querrán ser parte del proyecto. Sin embargo, si que hay algunas estrategias que permiten posicionar mejor a la empresa en cuanto a la competencia por el talento:
Especialmente en esta transición de la pandemia, que pareciera llegar a su final, se abren oportunidades para crear lazos emocionales con los colaboradores. Las dinámicas internas van desde un compartir al salir de la oficina, hasta actividades de compañía. Esto, que en los últimos años había quedado como algo superficial, vuelve a tomar importancia en un mundo laboral híbrido y a distancia.
No, no se trata de tener personas de diferentes grupos para que te cataloguen de empleador diverso. Se trata de que en una oficina con un background diverso, hay muchas más oportunidades para que los empleados crezcan y aprendan experiencias que en una sala homogénea de gente no tendrían. La diversidad promueve la creatividad y el aprendizaje, y eso lo valora el talento.
En las empresas hay jerarquías, y la gente espera que los líderes tomen decisiones. Sin embargo, las decisiones compartidas se tratan de establecer mecanismos para que la gente pueda expresarse y participar en esas decisiones. Es imposible complacer a todo el mundo, pero sí se puede escuchar a todos.