Ser líder no es algo fácil, y muchas veces resulta poco satisfactorio. Henry Kissinger dijo, hace unas décadas, que en su área profesional muchas veces si haces tu trabajo bien, nadie va a notar que lo hiciste. Justamente esa es la nueva visión del liderazgo real.
Aunque los grandes héroes son aquellos que aparecen en momentos de crisis o se levantan en medio de un problema, los líderes eficientes son aquellos que navegan el barco lejos de las tormentas antes de que aparezcan. Sin embargo, sin la presión y tensión de una crisis es normal que nadie se fije en unos resultados que se sienten como lo normal.
En ese sentido, queremos hablar de liderazgo sostenible. Los líderes que pueden guiar a un equipo por décadas, más que por años.
Aunque los matices circunstanciales son infinitos, hay características reconocibles que podemos encontrar en todos:
Suena obvio, pero no lo es. Hoy los líderes son oportunistas, se dejan llevar por lo que quiere la mayoría para asegurar su popularidad. Sin embargo, los líderes de verdad tienen una visión y, aunque escuchan y toman en cuenta lo que les dicen, no apartan la mirada del camino. Saben que hay muchos caminos para llegar a la meta, pero no permiten que se pierda el norte.
Los líderes escuchan, pero no solo para saber lo que quieren los demás. Lo hacen para que todos entiendan que pueden aportar, para que entre ellos se apoyen. Un líder escucha para que los demás también escuchen. Esa es la clave. Además, comparten y fomentan que entre los miembros del equipo haya movilidad de conocimiento.
Hay momentos fáciles y difíciles. Los líderes sostenibles intentan que la mayoría del camino sea estable, pero cuando la realidad pone a prueba la confianza de la gente es cuando los líderes mantienen el rumbo de la nave estable. Un liderazgo real es el que convence al equipo que lo que están haciendo y logra mostrar que aunque en determinado momento no se alcancen resultados, se está en el camino correcto.
Un líder tiene palabra. Aquellos que frecuentemente generan una disonancia entre lo que dicen y lo que hacen, no pueden durar mucho tiempo al frente. El líder puede ser volátil pero también tiene que transmitir estabilidad. Su equipo debe sentir que si él dice algo es que probablemente ocurrirá.
Un líder sostenible delega todo menos las culpas. Aquellos que asumen los problemas y dan la cara por el equipo, se ganan el respeto de los suyos. Los líderes que cumplen con sus responsabilidades, además, implantan el tono que debe seguir toda la organización.