El humor en la publicidad ha sido, durante mucho tiempo, una de las herramientas más poderosas para captar la atención del público. Desde los inicios de la publicidad moderna, el uso del humor le ha permitido a las marcas no sólo destacar en un entorno cada vez más saturado, sino también conectar emocionalmente con su audiencia. Y aunque en los últimos años ha experimentado un ligero retroceso, sigue siendo un recurso efectivo para muchas empresas.
En este artículo, te contamos cómo el humor en la publicidad no sólo es una excelente manera de generar una sonrisa, sino también una poderosa estrategia para impulsar las ventas, mejorar el reconocimiento de marca y fomentar la fidelidad de los consumidores.
La risa es una de las respuestas más universales y humanas. De hecho, estudios han demostrado que las personas tienden a recordar con mayor facilidad los mensajes que les provocan una emoción, especialmente cuando esa emoción es positiva. El humor, cuando se usa correctamente, tiene la capacidad de crear una conexión instantánea entre la marca y el consumidor. Y no es sólo una suposición, hay cifras que respaldan esta afirmación.
Según un informe de Oracle, el 90% de los consumidores recuerdan con mayor facilidad las marcas que usan el humor en su publicidad. Además, el 72% de los encuestados prefieren marcas que emplean humor frente a sus competidores. Estos datos sugieren que el humor no sólo ayuda a captar la atención, sino que también influye en las decisiones de compra.
Además, un estudio realizado por Nielsen reveló que los anuncios humorísticos tienen un 47% más de probabilidades de ser recordados en comparación con los anuncios que no utilizan humor. Esto es especialmente relevante en un contexto publicitario saturado donde las marcas compiten constantemente por destacar entre un bombardeo de mensajes.
Durante la pandemia de COVID-19, muchas marcas adoptaron un tono más serio y sobrio en su publicidad, centrando sus mensajes en la solidaridad, la responsabilidad social y la empatía hacia los consumidores. Sin embargo, este enfoque no surgió exclusivamente con la pandemia. El uso del humor en la publicidad ha ido disminuyendo de manera constante en las últimas dos décadas.
De acuerdo con un estudio de Kantar, en 2022 sólo el 33% de los anuncios tenían un tono alegre o despreocupado, y apenas el 10% de los anuncios eran explícitamente humorísticos. Esto refleja una tendencia preocupante, ya que el humor ha demostrado ser una herramienta efectiva para captar la atención del consumidor y crear una conexión emocional duradera.
La buena noticia es que esta tendencia parece estar cambiando. En la edición más reciente de Cannes Lions, el festival de publicidad más importante del mundo, tres cuartas partes de las campañas ganadoras utilizaron humor en sus mensajes. Del mismo modo, el 70% de los anuncios emitidos durante la Super Bowl de 2024, uno de los eventos publicitarios más esperados del año, también emplearon el humor como recurso principal.
Este resurgimiento del humor en la publicidad puede estar relacionado con el creciente deseo de los consumidores de escapar de la seriedad que caracteriza muchas de las comunicaciones comerciales actuales. En un mundo cada vez más polarizado y lleno de incertidumbre, el humor ofrece un alivio, un respiro que los consumidores agradecen y valoran.
Una de las razones por las que el humor es tan efectivo en la publicidad es por su capacidad para unir a las personas. A pesar de que el humor es subjetivo, cuando se emplea de manera adecuada, tiene la capacidad de trascender divisiones sociales, políticas y culturales.
Este deseo de compartir momentos de risa y diversión convierte al humor en una herramienta valiosa para las marcas. No sólo ayuda a captar la atención, sino que también fomenta la interacción y el engagement en las plataformas sociales. Al compartir un anuncio humorístico, los consumidores actúan como embajadores de la marca, ayudando a amplificar su mensaje y aumentar su alcance de manera orgánica.
A pesar de sus beneficios, utilizar el humor en la publicidad no es una tarea sencilla. El humor es, por naturaleza, subjetivo. Lo que puede ser gracioso para una persona, puede no serlo para otra, e incluso puede resultar ofensivo en algunos casos. Es por eso que las marcas deben ser cautelosas al utilizar este recurso.
Para que el humor funcione en la publicidad, debe ser auténtico, relevante y coherente con la identidad de la marca. No se trata simplemente de hacer chistes, sino de encontrar un tono que resuene con el público objetivo y que esté alineado con los valores de la marca. Además, es importante que el humor no eclipse el mensaje principal. Al final del día, el objetivo de un anuncio es vender un producto o servicio, y el humor debe ser un vehículo para lograr ese objetivo, no una distracción.
Un ejemplo de humor bien ejecutado es la campaña de Old Spice "The Man Your Man Could Smell Like". Este anuncio no sólo fue divertido, sino que también comunicó de manera efectiva los beneficios del producto. La combinación de un mensaje claro con un tono humorístico permitió que la campaña fuera un éxito rotundo, generando un aumento significativo en las ventas de la marca.
Otro de los beneficios del humor en la publicidad es su capacidad para fomentar la fidelidad del cliente. Según el informe de Oracle mencionado en párrafos anteriores, el 80% de los consumidores están más predispuestos a comprar nuevamente un producto o servicio si la marca utiliza el humor en su publicidad. Esto sugiere que el humor no sólo ayuda a captar la atención de los nuevos clientes, sino que también puede desempeñar un papel crucial en la retención de los ya existentes.
Cuando una marca hace reír a sus clientes está generando una conexión emocional. Y esta conexión puede traducirse en lealtad a largo plazo. Las marcas que consiguen mantener un tono humorístico coherente y auténtico a lo largo del tiempo, son percibidas como más cercanas y accesibles, lo que facilita que los clientes se sientan identificados y comprometidos con la marca.
El humor en la publicidad no es sólo una estrategia para hacer reír, es una herramienta poderosa para conectar con los consumidores a nivel emocional, mejorar el reconocimiento de marca, aumentar las ventas y fomentar la fidelidad del cliente. En un entorno cada vez más competitivo y saturado, las marcas que saben utilizar el humor de manera efectiva tienen una ventaja significativa sobre sus competidores.
Si bien el humor debe utilizarse con cautela y de manera estratégica y empática, cuando se ejecuta correctamente, puede ser una de las herramientas más valiosas en el arsenal de un anunciante. Como demuestran las cifras, las marcas que hacen reír a sus clientes también hacen que sus cajas registradoras suenen con mayor frecuencia.
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