En ocasiones anteriores hemos escrito sobre cómo el humor puede darle un extra a una publicidad o campaña, pero no habíamos entrado en profundidad de los beneficios de su uso como una herramienta eficaz de mercadeo.
El humor es un arte complicado. Dar con la fórmula que pueda tener un efecto positivo y aportar beneficios al momento de comunicar no es fácil y aún teniendo todos los ingredientes y medidas, se puede fracasar. Por eso hay que tener algunas cosas en consideración:
Debes conocerla a fondo para saber qué botones apretar y cuáles no. En este punto, los insights son clave.
A pesar de que buscamos una interacción “diferente”, no podemos olvidar que nuestro objetivo es que se consuma lo que ofrecemos.
Un paso mal dado puede ser el inicio de una avalancha abrumadora y la forma en que decimos lo que queremos, es de vital importancia para que no se malinterpreten nuestras ideas.
A pesar de que los puntos anteriores pueden ser complicados en un principio, los resultados valen la pena. Ejemplo de ello lo menciona el guionista y redactor publicitario, Jordi Caballé en su post de “Porque es buena idea usar el humor en la publicidad” para la escuela de humor digital La Llama School:
El humor produce placer a los espectadores creando una simpatía hacia el producto anunciado.
Consigue una mayor atención, especialmente, si forma parte de una serie de anuncios, ya que fomenta el seguimiento por parte del espectador.
Proporciona un mayor recuerdo de la marca, incluso algunos eslóganes o frases se acaban incorporando al imaginario colectivo.