El Home Office: ¿Llegó para quedarse?

Desde hace muchos años, existe en todo el mundo el famoso home office o teletrabajo, en unos lugares más como en Estados Unidos y en otros lugares como América latina no tanto, aunque ahora resulta ser lo más normal. América latina se ha caracterizado por ser una región con una cultura un poco cerrada en este sentido. Sin embargo, la situación global actual nos ha llevado a cada vez estar más inmersos en esta forma de trabajo, así como en hacer las adaptaciones necesarias para que esto no sólo sea una realidad, sino que incluso pueda llegar a ser más productivo que asistir a la oficina de manera presencial.

Trabajar en casa puede parecer en muchos aspectos algo más cómodo para las personas, aunque requiere de mucha organización, horarios estrictos y coordinación familiar, además de incurrir en ciertos gastos como internet, luz, teléfono, impresora, escritorio, papelería, entre muchas cosas más. Por otro lado, hay un ahorro importante en transporte, gasolina, comida, estacionamientos y sobre todo en tiempo, que ahora es tiempo de calidad con las familias. Es por esto que recientemente en México fue aprobada una iniciativa para regular el home office donde las empresas se hagan cargo de todos los gastos derivados por el trabajo desde casa de sus empleados.

En términos generales, en todo el mundo se ha detectado un incremento en los horarios de trabajo durante pandemia, la gente ha entrado en una dinámica non stop 24/7  lo cual, a pesar de ser más productivos que antes, no necesariamente se tienen mejores resultados en ventas por la misma situación, lo cual genera frustración. Esto nos lleva a un estado de ánimo de apatía generalizada que difícilmente se puede romper y es aquí en donde las marcas debemos volvernos más creativos para no caer en lo que hace la mayoría… llenar los correos de spam, crear webinars de absolutamente todo y enfocar toda nuestra comunicación en descuentos y en protocolos de higiene y seguridad.

Como sabemos, el home office llegó para quedarse por lo que nuestra manera de interactuar y conectar con el mundo es completamente diferente a como alguna vez lo fue. Si aún no has ajustado tu estrategia te recomendamos iniciar lo más pronto posible para saber qué tanto debes redireccionar el barco, hacia dónde, cómo hacerlo y, sobre todo, identificar el por qué. Si lo consideras complicado estando dentro del mismo barco, busca asesoramiento de profesionales que te puedan ayudar a darle una mejor dirección.

No por nada lo dijo Charles Darwin desde 1859 en el origen de las especies: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.