La creatividad es, cada vez más, un bien intangible y crucial para las empresas. Por ende, las organizaciones están prestando más atención a empleados que muestren una capacidad creativa.
Lo que hace años era un dominio aplastante de los procesos y la eficiencia sobre la creatividad, recientemente se está invirtiendo. ¿Por qué? No es que la eficiencia y los procesos dejen de importar, sino que cada vez esos procesos son más automatizados. Todo lo que se pueda calcular matemáticamente es probable que una computadora pueda hacerlo por si sola, tarde o temprano.
Sin embargo, lo que todavía queda en la mente humana es la capacidad del pensamiento lateral, la creación y la innovación.
Es tal la celeridad con la que las competencias y necesidades laborales están cambiando, que por ejemplo según EY en España, ya el 90% de las empresas estima que entre 2020 y 2022 crezca la necesidad de competencias creativas. Todo apunta en esa dirección. Ya en 2019 LinkedIn, en su estudio anual, advirtió que la creatividad apareció entre las habilidades más demandadas.
Entonces ¿Cuál es la creatividad que necesitamos? ¿Cómo se define? Te lo contamos.
Tenemos que fomentar la curiosidad e intentar plantear más preguntas en vez de tratar de conseguir soluciones rápidas. Esta capacidad ofrecerá una perspectiva más enriquecedora sobre un determinado asunto y permite una mejor capacidad resolutiva para futuros problemas.
Tenemos que superar las limitaciones que pueden plantear las estructuras. Es lo que mejor hacen los artistas o los músicos de jazz: interiorizan las reglas, las hacen suyas, y luego juegan con los límites de la disciplina y rompen las reglas.
El premiado estudio “piensa lento, piensa rápido” nos habla que la intuición es práctica. Consiste en estar atento y siempre leyendo la situación para identificar oportunidades. Es la habilidad de ver y oler el humo antes del incendio, que la realidad nos ofrece y así construir algo con anticipación y conocimiento.