La Constitución de 1917 fue redactada en Santiago de Querétaro durante la Revolución Mexicana. Fue aprobado por el Congreso Constituyente el 5 de febrero de 1917, con Venustiano Carranza como primer presidente. Fue la primera Constitución de este tipo en el mundo en incluir derechos sociales y sirvió de modelo para la Constitución de Weimar de 1919 y la Constitución Rusa de 1918.
El gobierno previsto en la Constitución Mexicana fue un estado activista, dedicado a lograr la justicia social entre sus ciudadanos. Y aunque ha sido enmendada cientos de veces, sigue rigiendo a México.
Los artículos de la Constitución dedicados a los principios básicos del Estado fueron los más innovadores. El lugar central lo ocupó el art. 27, que disponía que "la propiedad inicial de la tierra y el agua corresponde al Estado, que tenía y tiene derecho a transferirlos a particulares, creándose así la propiedad privada".
La Constitución reflejó el deseo de la burguesía nacional mexicana de restaurar el control estatal sobre los recursos nacionales que fueron saqueados por extranjeros. Todos los minerales, así como las aguas territoriales, fueron declarados propiedad "incondicional e inalienable" del Estado. El gobierno federal podría ceder el desarrollo de estos recursos (excepto el petróleo y algunos otros minerales) en forma de concesiones a particulares o empresas "de conformidad con los términos y condiciones prescritos por las leyes" de México.
Se estipuló que sólo los mexicanos y las empresas mexicanas tenían derecho a adquirir la propiedad de la tierra y el agua, obtener concesiones para minas, para la extracción de combustibles minerales, etc. El Estado podría otorgar el mismo derecho a los extranjeros en un caso, si manifestaron ante la Secretaría de Relaciones Exteriores su consentimiento para ser considerados como mexicanos respecto de los bienes. Así, el argumento "legal", utilizado repetidamente por los círculos gobernantes estadounidenses para justificar las intervenciones armadas en las repúblicas latinoamericanas bajo el pretexto de "proteger la vida y la propiedad de los ciudadanos estadounidenses", se volvió insostenible.
La Constitución mexicana sirvió de modelo para otras Constituciones latinoamericanas, que incluyeron más o menos en sus textos cláusulas tales como programa de reforma agraria, legislación laboral y derecho de familia.