Los consumidores tienden a tratar a las empresas de la misma manera en que tratan a otras personas, manteniéndolas bajo ciertos estándares y construyendo relaciones con aquellas en las que tienen fe. Son expresivos con su dinero y quieren comprometerse con empresas que no los defraudarán.
Lo principal es dar un buen servicio o producto a tus clientes, consumidores o pacientes. Este aspecto es una condición sine qua non para poder empezar a ganarte su confianza, en caso de que el servicio o producto no esté a la altura de las expectativas generadas, se empezará a producir un quiebre de confianza que puede llegar a ser irreparable.
Una de las formas más importantes, si no la más importante, en que las empresas ganan la confianza de los clientes es a través del servicio al cliente. Es el foro más inmediato para la interacción entre ambas partes y, a su vez, el mayor momento de mostrar y probar para que una empresa demuestre valor y legitimidad.
Los consumidores tienden a confiar más en sus compañeros clientes que en las empresas a las que les compran. Las experiencias de los clientes reales a menudo se consideran más objetivas y tienen más peso que el marketing claro de una empresa.
La mayoría de los clientes no tienen una agenda, no tienen nada que ganar o perder al ofrecer su opinión. Sus compañeros consumidores entienden eso, por lo que si puede tomar prestada algo de la credibilidad de sus clientes, puede cultivar cierta confianza con su base objetivo.
Casi ningún consumidor se ha quejado alguna vez de que las empresas a las que compra no son lo suficientemente sospechosas y engañosas. Nadie ha dicho nunca: "Confío en esta marca porque su empresa matriz es muy buena para mentirme y enterrar todos sus errores".
No, los consumidores confían en empresas honestas y transparentes; esa tendencia se extiende a toda su organización. Su comercialización no puede ser engañosa. No haga promesas en su forma de ventas que no pueda o no quiera cumplir.
Sea directo y ético más allá de eso, su equipo de ventas debe ser sincero sobre los precios y cómo su oferta puede ayudar legítimamente a los prospectos. Si su organización comete un paso en falso significativo, reconózcalo y arréglelo lo más rápido posible.
Sea sincero en su compromiso de trabajar por los mejores intereses de los consumidores y demuéstrelo manteniéndolos informados y permaneciendo lo más abierto y honesto posible.
Los consumidores están dispuestos a confiar en las empresas en las que tienen algún tipo de participación, empresas que creen sinceramente que sus clientes son importantes. Y una de las mejores maneras de demostrar que su organización se ajusta a esa factura es solicitar y actuar en función de los comentarios de los clientes.
Escuche lo que tienen que decir y si algo que mencionan le llama la atención, o si suficientes clientes plantean puntos o problemas similares, haga algo al respecto. Mejore su negocio en función de los conocimientos de sus clientes.
En una era en la que los consumidores tienen un acceso sin precedentes a la información y una plataforma masiva para expresar opiniones y quejas, es esencial generar y mantener la confianza de los clientes. Es por eso que necesita hacer todo lo que esté a su alcance para servir, deleitar y empoderar a su base de clientes.